Pozo Colorado - Salina Grandes - Susques

Pedalear el primer tramo desde Pozo Colorado hasta el extremo norte de Salinas Grandes no es fácil debido al suelo arenoso. Tomamos el camino más corto hasta la salina por pistas que encontramos en el terreno, evitando el camino lleno de baches al este de la Salina.    

Después de unos minutos estamos justo en la sal y disfrutamos nuevamente del ciclismo sobre la enorme costra de sal. Ayer vimos que la costra de sal se rompe en algunos lugares y el agua salada puede salir a la luz, por lo que puede ser una buena idea atenerse a las huellas sucias sobre la sal. A lo lejos se ve la carretera principal R52 y nos dirigimos hacia el punto en el horizonte donde la carretera sale de Salinas Grandes hacia el oeste. Tras 10 kilómetros dejamos las salinas y nos adentramos en la carretera asfaltada. La conducción desde las salinas hasta la carretera superior no presenta ningún problema. 

La R52 está en muy buen estado, incluso hay señales que indican que puede haber algunos ciclistas. El terreno aquí en la Puna Argentina es completamente plano y estás totalmente expuesto al viento que sopla sobre la cresta principal de los Andes. En agosto (aquí es invierno) el viento viene del oeste, exactamente en la dirección en la que viajamos actualmente.

 
Después de unos 30 kilómetros hacemos una pausa en el Comedor Runa Cachi. Es hora de un segundo desayuno. Hasta este punto el viento ha sido amable con nosotros, hace viento pero estamos progresando bien. 

Después de 50 kilómetros el terreno vuelve a ser un poco montañoso. Frente a nosotros se encuentra la cordillera occidental de los Andes, que nos separa del desierto de Atacama. Seguimos la carretera cuesta arriba, pero con una pendiente del 5 - 6% el desnivel es fácil de manejar. El principal problema aquí es claramente el viento.

Las montañas aquí arriba siguen siendo muy impresionantes. El camino desde la Cuesta de Lipán hasta aquí es de una belleza indescriptible. Sin embargo, estoy empezando a perder la energía para disfrutar de la belleza de las montañas porque lo único que pienso es en el viento. Afortunadamente no estamos bajo presión de tiempo: hay muchas oportunidades para acampar a la izquierda y a la derecha de la carretera, por lo que no hay razón para forzarnos a ir a Susques hoy.

Nos abrimos camino entre el viento interminable y finalmente llegamos al descenso hacia Susques, capital del departamento del mismo nombre en la provincia de Jujuy, ubicada en el extremo noroeste de Argentina.

Susques es el pueblo más alto de Argentina accesible por carretera asfaltada. Las opciones de oferta son limitadas, el lugar da la impresión de no poder atender las necesidades de los viajeros. De ahí que a Marion y a mí nos cueste encontrar un lugar para cenar. Como en cualquier otro lugar de los Andes, tan pronto como el sol desaparece detrás de los picos de las montañas, instantáneamente hace un frío helador y es mejor quedarse en casa.